LUNES 29 DE OCTUBRE DEL 201209:10
¿Cómo viene diversificando su oferta el sector agroexportador peruano?
Durante más de una década, el espárrago fue el producto estrella de las agroexportaciones, pero hoy se habla de una nueva fase en el sector
MARIENELLA ORTIZ / Día_1
Del campo verde a uno multicolor. Ese es el proceso por el que ha transitado la agroexportación en la última década: a las hortalizas se suman hoy con fuerza los frutales. Desde que los arenales de la costa peruana fueron llenándose de tallos verdes con los espárragos hasta el día de hoy, en que se aprecian los rojos, morados, naranjas de las uvas, granadas y mandarinas ha transcurrido una historia de éxitos y alguno que otro fracaso. El balance es positivo. Somos los primeros en envíos de espárragos frescos al mundo. Sin embargo, hoy este cultivo está cediendo –literalmente– terreno a otros, aparentemente más rentables, como los frutales. ¿Será el fin de una etapa exitosa de la agroexportación para empezar otra? ¿Qué se viene a futuro?
Con el espárrago arrancó hace más de una década la etapa moderna del agro en el país, recuerda Ana María Deustua, gerenta general de la Asociación de Gremios Productores Agrarios (AGAP). Se inició la tecnificación del riego por goteo que mejoró la productividad de los campos, proceso que hoy avanza a un promedio de 20 mil hectáreas anuales, agrega Fernando Cillóniz, presidente de la consultora Inform@cción.
Sin embargo, vencer el terreno árido de la costa no fue el mayor problema: se tuvo que crear una cadena de frío para llegar con un producto de calidad a EE.UU. Para el 2003, ya habíamos desplazado a Chile del sitial de primer proveedor de espárragos del mundo. Esta derrota comercial llevó a los chilenos a casi desaparecer del negocio.
DECRECIMIENTO
Al 2009 contábamos con un aproximado de 30 mil hectáreas de cultivos de espárragos, tanto en el norte (Trujillo) como en el sur (Ica). Sin embargo, algo pasó que hizo retroceder esos cultivos en los últimos años. Hernani Larrea, director de la carrera de Administración y Agronegocios de la UPC, recuerda que las exportaciones totales sufrieron un gran revés con la crisis económica que afrontó EE.UU. “Al caer nuestro principal mercado de destino aprendimos que no teníamos que vender un solo producto y menos a un solo país. Allí es cuando se pensó en serio en otros productos que no fueran el espárrago”, comenta.
Se calcula que en la actualidad hay 26 mil hectáreas de espárragos, según data del Instituto Peruano del Espárrago y Hortalizas (IPEH). Lionel Arce, presidente de este gremio, comenta que esa reducción de hectáreas es debido a una caída en los precios del cultivo estrella, como consecuencia de la crisis global. Sin embargo, al ser los primeros proveedores del mundo y al difundirse noticias de menores cultivos, explica que los precios han comenzado a mejorar este año al subir en un 20%. En el 2009, el kilo de espárrago se vendió en promedio a US$2,05, cuando dos años antes había alcanzado un pico de US$2,45, según la gerencia de agro de ÁDEX.
Carlos Zamorano, gerente general del IPEH, confía en que para el próximo año se recupere el terreno perdido por el espárrago y se alcancen nuevamente las 30 mil hectáreas.
Sin embargo, Cillóniz dice que este cultivo dejará de crecer como en los últimos 15 años. “Tendrá un crecimiento de 1% o 2%, mientras tienes a las uvas y paltas que pueden crecer a un 50%”, agrega. Adicionalmente al tema de los precios, refiere que existe un problema de envejecimiento de un gran número de esparragueras, que restan productividad a este cultivo.
Por ese motivo, Arce menciona que el rendimiento promedio nacional hace 10 años era de 15 mil kilos por hectárea, pero que ahora cayó a 7 mil kilos por hectárea. El mayor inconveniente es que una vez que se saca la planta no se puede volver a sembrar más espárrago por algunos años, porque descenderían los rendimientos.
“Esto hace que las empresas tengan que migrar a otras partes. Las empresas agrícolas Chapi y Beta se están yendo al norte por esa razón. Otras van a preferir no mudarse y sembrarán otros cultivos más rentables”, señala Cillóniz
Eric Farah, gerente general de Agrícola Huarmey, dice que cuenta en la actualidad con 120 hectáreas de espárragos con una antigüedad superior a los 18 años. Aún está en la incertidumbre, no ha decidido qué nuevo cultivo ocupará esas 120 hectáreas, pero sabe que no será posible seguir allí con el espárrago.
LA LOCOMOTORA
Como en el caso de Camposol y Agrokasa, un grupo de agroexportadoras pioneras en el cultivo de espárragos han decidido seguir la corriente y están aumentando sus cultivos de paltas. La mayor tendencia se concentra en Trujillo. Algunas de sus autoridades han comenzado a proyectar que pueden convertirse en la ciudad mundial productora de paltas.
En las tierras de la empresa Camposol, ubicadas en Chavimochic, hace tres o cuatro años que se han invertido US$50 millones para triplicar los cultivos de paltas. Han pasado de 800 hectáreas a 2.600 h de este fruto. “Nuestra apuesta fue que el mercado de Estados Unidos (principal comprador en el mundo) se abriría para la palta hass”, sostiene Samuel Dyer, presidente ejecutivo de la empresa agrícola. No erraron en la apuesta, pues EE.UU. levantó desde el año pasado sus barreras sanitarias.
En el caso del espárrago, dice que continuarán con las 2.500 hectáreas que tienen; sin embargo, comenta que la mano de obra para este cultivo ha subido en los últimos 3 años en un 50%.
José Antonio Castro, de Agrokasa, también señala que el mayor crecimiento de la empresa en los últimos años se ha dado en la palta. Pese a ello, dice que aspiran a un equilibrio entre espárragos, paltas y uvas.
Para Lionel Arce, de la Compañía Complejo Agroindustrial Beta, la convivencia entre el hoy producto estrella y otros cultivos es posible y saludable. “Hay otros cultivos más rentables como la uva, pero la estacionalidad de los frutales debe ir acompañada al equilibrio de flujo de caja. El espárrago se exporta todo el año. Si solo te dedicas a las uvas, qué haces el resto del año”, señala.
Para otras empresas, sin embargo, este producto sigue siendo la locomotora del negocio. Yoselyn Malamud, gerenta de administración y finanzas de Sociedad Agrícola Virú, refiere que ellos seguirán creciendo en cultivos de espárragos, aunque prefirió no dar cifras. “En general, el consumo de hortalizas es fuerte y consistente en el mundo”, opina. Cabe mencionar que esta empresa cedió el año pasado a la tentación de cultivar unas 100 hectáreas de palta en sus terrenos de Chavimochic.
En tanto, Danper invertirá a diciembre de este año un total de US$10 millones en mayores cultivos de espárragos y alcachofas, así como en ampliar las respectivas plantas de procesamiento. Rosario Bazán, gerenta general de la empresa, resalta que ellos no se acercan al mundo con una estrategia de precios. Esa es la razón por la que considera que han sabido diferenciarse y posicionarse con sus hortalizas en los más exigentes mercados del mundo.
“Las ventas se han incrementado en los últimos años de manera significativa para el espárrago fresco y congelado. Hemos incursionado de manera importante en los mercados asiáticos más representativos tales como Japón y Hong Kong. Las ventas de Danper en espárrago congelado se han incrementado en más del 200% en los últimos 3 años”, agrega.
Sin embargo, reconoce que la mejor apuesta de las agroexportadoras será la diversificación. Acaban de cultivar 100 hectáreas de uvas y 80 hectáreas de paltas.
SIN TECHO
A estas alturas, no hay duda de que los frutales seguirán creciendo a un mayor ritmo que las hortalizas. Por el momento, el espárrago sigue siendo el principal cultivo con sus 26 mil hectáreas. Las uvas y paltas llegan a unas 15 mil hectáreas cada una, según estima Cillóniz. En ambos casos, el techo para seguir creciendo parece lejano.
En el caso de las uvas, Cillóniz cree que podríamos llegar en tres o cuatro años a 40 mil hectáreas en toda la costa. Por su parte, José Antonio Castro, quien es además vicepresidente de Provid, señala que el ingreso a nuevos mercados está marcando el crecimiento de nuestros envíos de uvas. “El Perú exporta a la fecha uvas de mesa a más de 70 países y, gracias al Senasa en coordinación con Provid, se siguen abriendo mercados cada año. En el 2011 fue Corea y para el 2012 ha sido Nueva Zelanda”, sostiene.
Otro impulso que recibió el crecimiento de las uvas fue su arribo hace unos tres o cuatro años a las tierras de Piura. Antes se creía que la uva no se sembraba en zonas tropicales. “Cada año se duplican las exportaciones en esa región. En esta campaña ocurrirá lo mismo”, sostiene Cillóniz. Agrega que falta el despertar de Arequipa, región que aún tiene un ingreso tímido a la exportación de uvas.
Igualmente, Juan Carlos Mathews, director de la maestría de Negocios Globales de la Universidad del Pacífico, estima que las exportaciones de paltas tendrán un crecimiento imparable en los próximos 3 o 4 años. La mayor ventaja de la palta, refiere Cillóniz, es que se pueden sumar algunas zonas de la sierra, en las partes no tan altas. El grupo JJC Contratistas Generales, mediante Lomas de Chilca y Agrícola Ayacucho, ya tiene 200 hectáreas de paltas en Ayacucho, con proyecciones a seguir creciendo en zonas cercanas. Para Zamorano del IPEH vendrá un nuevo resurgir del espárrago, una vez que EE.UU. levante la exigencia al Perú de un tratamiento cuarentenario previo. Según señala, eso pasará más pronto de lo esperado –en unos cuantos meses– y hará que el cultivo sea más competitivo.
A este paso, Hernani Larrea estima que en los próximos 10 años figuraremos entre los 10 países proveedores de alimentos del mundo. Ana María Deustua de AGAP señala que la expectativa es que las hectáreas de agroexportación superen al 2021 las 200 mil. Actualmente, los espárragos, paltas, uvas y mangos se asientan en cerca de 100 mil hectáreas. Sin embargo, existen algunos retos que tendrá que enfrentar el sector: posibles modificaciones a la legislación laboral agraria, mano de obra y tierras más costosas, estándares internacionales más elevados en lo laboral y ambiental, posibles efectos del cambio climático y otros rubros.
Hace más de una década que empezó esta aventura de la agroexportación. Con una canasta más diversificada, llena de hortalizas y frutas, las posibilidades de convertirnos en grandes jugadores mundiales de alimentos son más que cercanas.