Pisco o Aguardiente
¿Se afectarán las ventas de los piscos que exportan a Chile como aguardientes?
Javier Alvarez, de Ipsos Perú, estima que por tratarse de un producto bandera el daño a la imagen de las marcas no quedará en las redes sociales, sino que se trasladará a los resultados comerciales
El daño en la reputación de las marcas de pisco que se desligaron de la denominación de origen para poder ser consumidas en Chile o participar de un concurso internacional no quedará en las redes sociales, sino que se traducirá en las ventas y necesitará una reivindicación pública del valor nacional para recuperarse.
Las pasiones están encendidas y una viva muestra de ello son el constante fluir de comentarios en las distintas redes sociales. La gran mayoría de publicaciones son para expresar rechazo no solo a nuestros vecinos o a los organizadores del concurso, sino a los productores de pisco que han decidido exportar su producto a Chile cambiándole la denominación por aguardiente.
La indignación y rechazo se respira en diferentes magnitudes, tonalidades o intensidades. ¿Traición a la patria? Es una frase muy repetida, y no solo en Facebook o Twitter, sino también en la prensa y la radio. Incluso Martín Santa María, presidente de la Academia de Pisco del Perú, ha salido a declarar que considerar exportar pisco como aguardiente de uva a Chile debería considerarse como una “traición a la patria”.
En Twitter circulan imágenes como esta, en donde se aprecia el cambio de la denominación pisco por destilado de uvas para poder ser comercializada en Chile. Esta fotografía fue difundida por el usuario Triciclo Perú.
¿Cuál será el daño comercial que sufrirán las marcas involucradas en la polémica? ¿Será todo este ruido en redes sociales suficiente para afectar las ventas? Javier Alvarez, gerente de cuentas y estudios multiclientes de IPSOS Perú considera que sí: los consumidores castigarán las ventas. No se puede determinar en cuánto exactamente, pero está claro que en esta ocasión el daño llegará hasta los anaqueles. “El pisco es un producto bandera del cual todos nos sentimos orgullosos. Definitivamente no será bien visto por el ciudadano y más por el consumidor de la categoría”, advierte Alvarez.
A nivel de reputación, cada marca tendrá su propio camino de recuperación por recorrer. El costo y daño será proporcional a que tan conocida sea la marca implicada en el escándalo y “que tanta bulla y eco se le dé al tema”, asegura Alvarez. Lo primero que deberán hacer, agrega, es cuantificar los daños, averiguar cuánta gente se enteró de los nombres de los piscos envueltos en el escándalo. Acto seguido solo les quedará reaccionar y tratar de recuperar su asociación a la identidad nacional.
En términos de herramientas a utilizar para medir el daño Alvarez comentó que en estos casos lo primero es efectuar un sondeo relámpago a una muestra de la población consumidora. En paralelo se requiere hacer un análisis de la información que circula en las redes sociales. Para ello se puede usar variedad de software especializado en estas funciones. Una vez medido el impacto, corresponde difundir en redes alguna explicación razonable, si es que la existe, y enmendar la plana, lo cual implica trabajar para volver a ser un producto bandera.
Publicado por El Comercio
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